por Cristóbal Ramírez
Adiós a las tapas grasientas. Adiós al bar de fritanga donde ponen raciones a precios baratos pero da un no sé qué la decoración, el San Pancracio con el perejil y la dudosa limpieza. Adiós a la ensaladilla rusa, los torreznos y las patatas bravas encharcadas. La gastronomía española vive una doble velocidad: mientras los grandes cocineros como Ferran Adrià se convierten en dioses y conquistan el globo, los típicos bares de batalla siguen estando ahí, sin reinventarse, con b