Durante el pasado mes de noviembre, la Alianza Francesa en Managua fue la sede de la VIII Bienal de Artes Visuales Nicaragüenses (BAVNIC 8). Contó con los proyectos de cinco protagonistas, un colectivo de 4 creadores y una artista invitada. Asimismo, como jurado se involucró un panel de expertos internacionales provenientes de Colombia, Costa Rica y Guatemala. El gran recibimiento que obtuvo la actividad fue motivo de júbilo para la Fundación Ortiz-Gurdián, organizadora del evento.
Según Juanita Bermúdez, coordinadora de la bienal y de la fundación, esta actividad «se ha convertido y seguirá siendo una instancia de reflexión, investigación y estudio permanente para los artistas nicaragüenses». Del mismo modo, recalcó la importancia que reviste para el público asiduo al arte.
La dinámica fue también innovadora. Los concurrentes participaron en ocho talleres impartidos por curadores y críticos de arte internacionales. Estas sesiones de extendieron entre setiembre del 2011 y junio del 2012. Sin embargo, esta forma de hacer las cosas no fue casualidad.
La BAVNIC ha tenido un proceso de evolución que se remonta a 1997. Edición tras edición, se puso en evidencia la necesidad de ampliar la formación de los artistas, habida cuenta de la complejidad de los lenguajes contemporáneos. En respuesta a estas limitaciones, los organizadores decidieron darle un giro a su propuesta y reformar el proceso para las jornadas del 2012.
Así, pese a que la exposición en la Alianza Francesa finalizó el 24 de noviembre, la formación artística siguió mediante más seminarios y conferencias. De tal forma, se procura crear un plan de investigación del arte moderno que abarque a toda la población nicaragüense.
Por otro lado, las circunstancias fueron propicias para homenajear a Maruca Gómez, exponente veterana de las artes del país vecino. Se le reconoció la larga y excelente trayectoria, creada sobre todo en escultura y en obras realizadas a base de objetos reciclados. Además, se trajeron a colación sus experimentos en una academia neoyorkina. Allí ha reflexionado sobre diversas facetas que, posteriormente, han tenido una enorme influencia en otros sectores de la arquitectura y el diseño.
En palabras de Juanita Bermúdez, un aspecto que fue transversal durante toda la muestra fue la gran cantidad de visitas. Según su parecer, el gusto del público ha aumentado gracias a la extensión de la educación en el ámbito nacional. De esa guisa, la audiencia ha evolucionado y conocido los nuevos lenguajes del arte. Este es un elemento nuevo que no ocurría en las ediciones anteriores.
No obstante lo anterior, Bermúdez también reconoció la naturaleza de la exposición. Argumentó que parte del éxito tuvo que ver con la forma en que el espectador podía interactuar con los proyectos. Además, destacó la ubicación del local, localizado en unas de las zonas más concurridas de la capital de Nicaragua. Así, en medio de un área muy frecuentada debido a la actividad comercial y bancaria, la posición de la Alianza Francesa fue un valor agregado para la acogida general. No en vano hubo afluencia constante de estudiantes de todos los niveles: primario, secundario y universitario.
También es de reconocer el compromiso de los autores, quienes casi siempre estaban en los alrededores. Por eso se desarrolló un ambiente relajado que facilitó el intercambio de perspectivas entre el visitante y el creador. De esta forma hubo disfrute para todos los involucrados.
Sin lugar a dudas, la BAVNIC fue un evento muy destacable en el quehacer cultural de Nicaragua. Recuerde que usted puede aprovechar este tipo de oportunidades aún si vive en Costa Rica. La agencia de viajes CRT organiza excursiones al país vecino del norte. A usted solo le resta hacer las maletas y embarcarse a explorar la riqueza artística pinolera.
Por Andrés Figueroa
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