San Lucas fue, en su tiempo, una isla muy alejada de la costa, donde se encerraba a los criminales menos peligrosos. Llevaba a la práctica el dicho: ojos que no ven, corazón que no siente.
Se estableció por primera vez como penitenciario durante la presidencia de Tomás Guardia, en 1873. Este fue el mismo mandatario que abolió la pena de muerte en 1882. El presidio de San Lucas se dilucidó como una manera segura de traer a los convictos a una zona más cercana. Este centro fue cerrado en 1991 y desde entonces ha cautivado a visitantes nacionales y extranjeros.
Recientemente ha adquirido importancia para los turoperadores, los cuales han desarrollado circuitos turísticos en esta área. También existen excursiones en panga las que, por carecer de licencia, corren el riesgo de no ser admitidas dentro de las instalaciones.
Hoy por hoy, los edificios están en mal estado. Algunos incluso carecen de techos y el piso del edificio administrativo está podrido. Lo anterior dificulta el acceso a la segunda planta, pues es fácil que haya accidentes.
Sin embargo, la mayoría de celdas está completa. Algunos calabozos tienen grafitis dibujados por sus antiguos inquilinos. Los diseños están en un buen estado: desde algunos bastante artísticos hasta otros más extraños. Incluso hay uno dibujado toscamente que reza: «Yo estuve aquí». Muchos son divertidos pero todos en conjunto dan una visión general de la vida cotidiana en la cárcel.
Usted puede ser partícipe de estos recuerdos mientras disfruta de su tiempo de ocio. El 2013 puede depararle una excursión a esta zona mientras se aloja en la comodidad del hotel Vista Las Islas. Ubicado la península de Nicoya, es un alojamiento con vistas panorámicas grandiosas y con acceso a múltiples actividades. Déjese envolver por el entorno tropical y goce de esta experiencia sin igual.
Por: Andrés Figueroa Vásquez.
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