por Cristóbal Ramírez
El colorido de sus edificios contrasta con sus montes verdes. Sea cual sea la dirección que tomen sus pies por el centro de Quito, capital de Ecuador, le rodeará la historia. Uno se queda boquiabierto ante tal despliegue de estilos artísticos mientras los quiteños van a su aire y apenas posan la mirada sobre los monumentos. Con razón fue declarada una de las primeras ciudades patrimonio de la Unesco, en 1978.
La Plaza de San Blas da la bienvenida en la parte antigua. Luego habrá que contemplar laPlaza del Teatro para después tomar la calle de Guayaquil. Vaya por aquí sin prisas, mirando los escaparates y entrando y saliendo de cafeterías y tiendas de ropa y souvenirs. Al final nos espera la Plaza Grande, donde se ubican el Palacio del Gobierno (que es la casa del presidente, también conocida como Palacio de Carondelet), el Palacio Municipal, la Catedral y la Iglesia de San Francisco. No olvidemos visitar el Teatro Sucre y algunos de los múltiples conventos, como el de Santo Domingo o el de la Concepción. Y entre todos estos edificios de indudable sabor histórico verá niños correteando, señores que tocan instrumentos típicamente ecuatorianos y jóvenes enamorados. El entorno colonial y romántico, una mezcla entre los estilos castellano y andaluz, bien merece un beso o una caricia.
Pero mejor dejémonos de cucamonas, que el tiempo pasa. Ahora toca ver la ciudad desde arriba. El Panecillo, un montículo donde se eleva la estatua de la virgen, ofrece una panorámica inmejorable de la ciudad. Abajo, el estres de los quiteños. Arriba, la tranquilidad del campo en medio de la metrópolis. Seguro que le ha entrado ganas de naturaleza. Si es así, diríjase aljardín botánico, con un envidiable patrimonio de plantas, ya que Ecuador es el país más rico del mundo en cuanto a número de especies vegetales.También se puede realizar una excursión alos volcanes que circundan la ciudad, como el Pichincha y el Atacazo, pero si quiere ir a lo seguro, puede que se conforme con el teleférico que nos permite ascender hasta los 4200 metros de la Cruz de la Loma. En este punto, al igual que en el resto de Quito, puede que se vea aquejado del mal de altura. De ahí que los primeros días se recomiende comer y beber con moderación y no hacer ejercicios físicos fuertes. Nos espera La Alameda, un enorme parque en el distrito centro. Podemos descansar sobre la hierba, visitar el Observatorio Astronómico y dar un paseo en barca. El Parque El Ejido se convierte los fines de semana en un mercado de artesanías.
No nos podemos marchar de Quito sin visitar el ecuador o la línea que divide al mundo en norte y sur. Se llega en autobús y cuando llegamos nos recibe un imponente monumento en cuya cima está el globo terráqueo. La gastronomía le hará saltar de alegría: son famosos los locros (patata con queso, carne, habas…), el yaguarlocro (sangre de vaca, aguacate, cebolla, patata y tomate), la fanesca (sopa a base de pescado, huevo y frijoles) y las empanadas. La Mariscal es una zona de ocio repleta de bares, restaurantes y discotecas. También se sale por el distrito de Centro Norte. Y aquí le tocará elegir dónde rumbear: ritmos latinos o sonidos electrónicos. Quito lo baila todo.
Datos útiles:
- Quito tiene 2.500.000 habitantes.
- El clima es templado, con temperaturas que varían desde los 8 grados en invierno a los 30 en verano.
- La moneda antiguamente era el sucre ecuatoriano, hoy utilizan el dólar americano.
- Iberia ofrece diariamente un vuelo a Quito desde España. Los mejores precios los encontrará en nuestra página web o en el buscador en Facebook.
Foto | David Baggins
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