Bogotá va desprendiéndose de su piel antigua como un lagarto. La capital colombiana está reinventándose a golpe de creatividad y una muestra de ello es el barrio de La Macarena. Ubicado entre los cerros orientales, las famosas torres del parque en forma de caracol, los altos edificios de oficinas y la robusta plaza de toros emerge un barrio que a primera vista parece un pueblecito. Sus calles están salpicadas de fachadas de colores y decoración de los siglos XIX y principios del XX. Hace años era inimaginable pasar por esta zona fuera del perímetro de La Candelaria, el centro histórico, pero Bogotá ha ganado en seguridad y calidad de vida. En estas manzanas se asientan artesanos, intelectuales, artistas, actores, expatriados y amantes de la cultura en general. El ambiente es tan alternativo y hipster que hasta el New York Times ha calificado a La Macarena (o Zona M, entre los bogotanos) como el Greenwich Village de la capital colombiana.
No se crea que ésta es una zona para rumbear (salir de marcha, en colombiano). Lo fue hace unos años pero el movimiento vecinal consiguió ahuyentarlo y ahora el único jaleo que se escucha es el de la plaza de toros en temporada. Ahora encontrará una atmósfera bohemia, tranquila pero que no se detiene, con los restaurantes multiculturales como estandartes. Hasta hace poco apenas existían en Bogotá lugares donde probar gastronomía internacional. En La Macarena se puede degustar desde cocina española (Gaudí, en Carrera 4A) hasta platos serbios (en Beograd, en la calle 26). Y hay más: La Juguetería, un restaurante decorado con todo tipo de cachivaches infantiles donde saborear sobre todo carne (Carrera 27), La Hamburguesería, con hamburguesas gourmet riquísimas (Carrera 4A), Wilder’s y sus porciones de pizza (Carrera 4A), Vásquez y Cebollas, iluminado con velas y donde se sirve comida francesa y criolla (Calle 26 4). Y etcétera, etcétera. El que no coma será porque no tiene hambre.
El alma del viajero también se alimentará en La Macarena con las numerosas galerías de arte, entre las que destaca la de Alonso Garcés (Carrera 5A), abierta desde 1997 en una iglesia abandonada y donde su dueño trae a talentos emergentes y creadores consolidados con un punto rebelde. La creación contemporánea también surge en una de las plantas de Luvina (Calle 26A), que cuenta con un gran espacio dedicado a librería y donde se organizan charlas culturales. Si uno pasea por las calles verá a los jóvenes que van y que vienen (cerca se ubica la Universidad Distrital) en busca de nuevas tendencias. Los gerentes de Zona Retro (Carrera 4A) siempre están muy atentos y en su establecimiento venden muebles usados y vintage. Cafeterías hay muchas y espacios multiusos también, como En Obra (Carrera 4), donde lo mismo te sirven una torta de chocolate que una sopa oriental y donde igual puedes ver documentales que gritar en un concierto. Si va subiendo la colina, obtendrá unas maravillosas vistas de la ciudad. Por la noche hay que visitar Bogotá Beer Company (Carrera 4A), un bar donde probarcervezas artesanales y ecológicas elaboradas en la misma urbe. Nada de importaciones. Su espuma tiene auténtico sabor colombiano.
Datos útiles:
- Bogotá tiene 6.076.000 habitantes.
- Su temperatura media es de 15 grados durante todo el año, aunque su clima suele ser impredecible. En invierno (enero) y por las madrugadas se puede llegar hasta a nueve grados bajo cero.
- En Colombia se suele almorzar entre las 12.00 y las 15.00 horas.
- La moneda es el peso colombiano.
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Foto | Candor
De MeGustaVolar
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