Kreuzberg, Berlín: Con un Kebab y un Cómic

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por Cristóbal Ramírez

Punkies con litronas de cerveza, una manifestación erótico-festiva de homosexuales, señoras con velo que se encuentran en el mercado y hablan en árabe, graffittis que intentan reventar conciencias, modernos que van en busca de cómics antiguos… Así es Kreuzberg, uno de los barrios más emergentes de Berlín. Se convirtió en zona capitalista después de la II Guerra Mundial, pero la parte con el distrito postal SO 36 lindaba con el Berlín del este, así que también acogió a nostálgicos del comunismo, luchadores de lo social e inmigrantes (lo cuenta el Museo de Kreuzberg, que se puede visitar). Fue después de la gran contienda cuando llegaron en masa trabajadores de todas partes de Europa, sobre todo de Turquía. Por eso se le llama la pequeña Estambul. Aún así, la mezcla es la clave en Kreuzberg y hoy es el sitio ideal para detectar tendencias.

Berlín puede resultar gris por momentos, pero en Xberg (como llaman al barrio los jóvenes) siempre hay una nota de color. Se puede comenzar el día desayunando en sus múltiples panaderías, que son baratísimas. Salón Sucré (Görlitzerstrasse, 32) deja que el olor de los cruasanes llegue hasta la calle, por lo que puede que no aguante la tentación. La población turca se concentra en las inmediaciones de la estación Kottbusser Tor, por donde podrá encontrar la mayoría de restaurantes, bares y tiendas turcos, algunas con ropa y objetos tan kitsch que no parecen de esta época. Si es martes o viernes, hay que darse una vuelta por el mercado del Maybachufer. Está ubicado junto al Landwhrkanal, que es el canal que atraviesa parte de Xberg, y podrá comprar frutas, verduras, frutos secos, telas, mazorcas de maíz, relojes, pañuelos… Merece la pena quedarse un rato, porque seguro que encuentra algo que le llama la atención. Luego, caminando con la vista puesta en las pintadas de los muros, nos daremos una vuelta por Bergmannstrasse, con tiendas de discos de segunda mano, librerías y restaurantes franceses, chinos, japoneses o iraníes. Y por supuesto, también turcos.

En Görlitzer Park se ven a los berlineses dando paseos, haciendo deportes, de pic nic o de barbacoa. La calle Oranienstrasse es el corazón de Xberg y está llena de bares para fumar shisha, cafeterías que mezclan las paredes desconchadas con la decoración vintage, librerías bohemias y tiendas que cierran a las tres de la mañana. Un buen plan es visitar el Museo de las Cosas, que repasa el diseño más cotidiano desde principios del siglo XX hasta la actualidad, y la Kunstlerhaus Bethanien, escuela de música y sala de exposiciones llena de jóvenes de todas partes del mundo interesados en el arte más transgresor. Y otro parque, el Viktoripark, en cuyas laderas se cultivan las uvas utilizadas para el único vino que se produce en Berlín, el Kreuz-Neroberger, que el ayuntamiento suele regalar a los visitantes ilustres. Si es usted mujer y está cansada, no tiene más que ir a relajarse al hamam femenino situado en una antigua fábrica de chocolate en la calle Mariannenstrasse, 6. Dicen que resulta bastante auténtico. La noche hay que vivirla, junto a los dj’s, en Oranienstrasse, sobre todo en el club SO 36, de lo más divertido e impredecible. Uno sabe cuándo entra, pero no cuándo va a salir.

Datos útiles:

  • Berlín tiene más de 3 millones de habitantes.
  • El clima de la ciudad es duro en invierno, pero soleado en verano, de ahí que los meses de julio y agosto conforme una de las mejores épocas para visitar la ciudad.
  • La moneda es el euro.
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De megustavolar.iberia.com
Foto | rsepulveda

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