En el cielo de Frankfurt hay muchos más aviones que pájaros. Normal, su aeropuerto es un nudo de comunicaciones internacional que lo convierte a todas horas en un hormiguero. Todo eso está muy bien pero lo mejor está fuera. Muchos pasajeros prefieren pasar las horas muertas de espera en la terminal. Ellos se lo pierden. Porque la urbe del Meno (o el Main, su río) no puede tener más sex appeal. Es una gran metrópoli donde la arquitectura de vanguardia, el arte, la energía más vibrante y las oportunidades esperan para todos. ¿Cómo no derretirse (aun pelándonos de frío, que es lo más probable en esta época) ante la visión del llamadoMainhattan, ese skyline de aires neoyorkinos
Frankfurt fue capaz de levantarse después de los estragos que ocasionaron los bombardeos dela Segunda Guerra Mundial y ahora los edificios históricos bailan a la perfección con los nuevos. Aquí no hay pastiche. En los alrededores de la plaza Römerberg, donde en el siglo XIII se celebraban las ferias de ganado, podemos ver las típicas y encantadoras casitas de madera alemanas. También surge el ayuntamiento, que consta de varios edificios, como la torre y el famoso puente de los suspiros. La torre de ladrillo del Kaiserdom (catedral) impresiona: dentro podemos ver tumbas góticas y frescos del Renacimiento, además de conciertos y exposiciones. Más historias en la Paulskirche o iglesia de San Pablo, donde se eligió el primer parlamento alemán de forma libre, en 1848. La piedra antigua se refleja en los cristales deKaiserplatz, donde hay que levantar la barbilla para divisar la Commerzbank, el edificio más alto de Europa hasta 2003. La casa-museo del escritor nacional más famoso (Goethe), el edificio de la Ópera, la bolsa y el Banco Central Europeo (el poder económico de la urbe es patente) son los pasos antes de acercarse al río y cruzar una y otra vez por sus puentes.
Frankfrut también es la ciudad de los museos. Atención a los imprescindibles: el de Städel(con arte europeo y obras de artistas como Picasso o Bacon), el de arte moderno (con obras de artistas como Lichtenstein, Warhol o Beuys) y el Senckenberg (de historia natural, con grandes esqueletos de dinosaurios). Los parques están por todos lados pero no hay que perderse el Palmengarten, un jardín botánico con 6000 especies de todo el mundo. Las compras hay que hacerlas en la calle comercial por excelencia, Zeil, y en Sachsenhausen, un antiguo pueblo lleno de tabernas, habrá que probar el Apfelwein, una especie de sidra de manzana (con alcohol, por supuesto). Acompáñelo con las míticas salchichas que llevan el nombre de la ciudad. Luego tendrá que disfrutar de la música en directo de Bockenheimer Strasse, también conocida como Jazzgasse, el callejón del jazz. Y aquí surge el gran dilema que nos acompañará toda la noche: ¿Apfelwein o birra?
Datos útiles:
- Frankfurt tiene 680.000 habitantes.
- Su clima es oceánico templado, uno de los más agradables de toda Alemania. En noviembre es raro que baje de los 3 grados y en verano sube hasta los 25.
- La moneda es el euro.
- Iberia ofrece vuelos a Frankfurt, en código compartido, cada semana. Los mejores precios, en www.iberia.com.
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Foto | Travel Aficionado
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