Las casitas de madera son como de cuento de los hermanos Grimm. Las flores alegran las fachadas inclinadas. Las banderas de la Unión Europea ondean en los balcones. Si uno enciende la tele o lee un periódico, Europa parece estar más de moda que nunca. ¿Por qué no visitar una de sus ciudades clave? Hablamos de Estrasburgo, urbe francesa en el límite conAlemania, que alberga instituciones como el Parlamento comunitario o el Consejo. Hace unos meses, bien se le podría haber puesto el sobrenombre de ciudad Merkozy. ¿Se le podrá llamar ahora ciudad Merkhollande? ¿Cambiará este nuevo rumbo a Estrasburgo?
No parece. La ciudad alsaciana tiene la personalidad suficiente como para ir a su aire. El paseo por la Grande-Ille, Patrimonio de la Unesco, comienza en la Plaza Kléber. Muy cerca queda la hermosísima catedral, de claros aires germánicos. No es baladí, ya que Estrasburgo ha estado en manos de Francia y Alemania a lo largo de su existencia. ¿Quiere unas vistas de infarto? Suba los 329 escalones de la catedral y vea desde arriba la Maison Kammerkell, la casa histórica más famosa de todas las que hay en la ciudad. Cómo no, de madera. Este edificio contrasta con el de la Ópera y el Palacio Rohan, que incluye tres museos (el más interesante es el de Bellas Artes, con obras de Van Dyck, Canaletto, El Greco, Goya o Delacroix). Luego al río Rin, la Plaza Gutemberg y Krutenau, el barrio de moda, con galerías de arte, tiendas de ropa y bares. Una fondue, una raclette, foie-gras, spaetzele (un tipo de fideos muy de Estrasburgo)… Cómaselo todo y luego diríjase a la Petite France, un barrio medieval levantado entre canales y con la presa Vauban siempre vigilándonos. Si hace sol, las terrazas estarán llenas.
El Barrio Imperial o alemán sorprende por su monumentalidad. Ahí están la Plaza de la República, el Palabio del Rin, la Biblioteca, la Universidad, el Teatro Nacional… Aún espera otro distrito, el europeo, donde se concentran edificios como el Parlamento, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Consejo de Europa o la Fundación Europea de la Ciencia. Si le interesa la arquitectura, merece una visita la estación del tranvía Hoenheim Norte, diseñada por Zaha Hadid. La tarde cae en L’Aubette (Plaza Kléber), con sus espectáculos de danza, performances y obras multimedia. Y la noche es de la cerveza. Si la tradición de esta bebida se remonta hasta el siglo XIII será por algo, ¿no?
Datos útiles:
- Estrasburgo tiene algo menos de medio millón de habitantes.
- El clima consiste en inviernos muy fríos y veranos no muy calurosos, con temperaturas que no suelen sobrepasar los 25 grados.
- La moneda es el euro.
- Iberia ofrece hasta seis vuelos a Estrasburgo cada semana. Para dar con los mejores precios, busque su vuelo en www.iberia.com marcando “soy flexible en fechas”.
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Foto | Ipse memento
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