por Cristóbal Ramírez
El Océano Pacífico ruge, plateado, azul bravo, mientras una pareja se manosea. Es el deporte preferido (manosearse frente al mar) de muchísimos limeños los fines de semana. Es entonces cuando los boulevares, plazas y bares de Barranco, el barrio bohemio y de moda, registra más agitación. Cuando uno lo visita por primera vez cree no estar en Lima: la mayor parte de sus edificios proceden del tiempo en que la alta sociedad de la ciudad construía mansiones de veraneo al más puro estilo europeo. Hoy el barrio está plagado de artistas, escritores y gente joven muy pendiente de las últimas tendencias. No se pierda ningún detalle.
Haga la prueba de cruzar el Puente de los Suspiros sin respirar. Dicen que se le cumplirá su deseo. Pasee por la Plazuela Villarreal y diríjase a la Bajada de los Baños, jalonada por grandes ranchos y exuberante vegetación. Hay más parques, como el municipal (con palmeras y la famosa escultura de la Venus, conocida como La Donaida) y el de Chabuca Granda. De repente surge la rojísima Iglesia de la Ermita, del siglo XVII. Cuenta una leyenda que los pescadores la erigieron para agradecer a dios que les salvara de una travesía. Entre caminata y caminata, pare en las numerosas cafeterías a tomar una Inca Kola, auténtico refresco nacional, y visitar galerías de arte como la de Lucía de La Puente y la de Wu Ediciones. Los jóvenes más modernos husmean por las tiendas de moda, como Dédalo, que también incluye una cafetería, y el Centro Colich, meca del diseño y el arte en Barranco. Aquí las nuevas tendencias pasan por lo que en Europa se considera vintage pero con un toque inca y artesanal.
Las fachadas historicistas y coloridas no se acaban nunca, como tampoco lo hacen losmalecones y miradores. Descanse la vista en algunas de las playas (Barranquito, Los Yuyos, La Cascada, Los Pavos), perfectas para practicar surf. A medida que el sol va cayendo y el cielo se vuelve rojo, los besos se van multiplicando. Antes de que ocurra visite el Museo Pedro de Osma, con piezas de arte peruano de entre los siglos XVI y XIX, y el Museo de la Electricidad, en el que los niños disfrutarán al aprender los hitos de la luz, las máquinas y la ingeniería hidroeléctrica en Perú. Cuando las farolas se encienden, es hora de ir a cenar a alguno de los muchos restaurantes de Barranco, como La Ermita (una cevichería) o Chifachung Yiong (auténtica fusión chino-peruana). Algo muy auténtico es acudir a una peña criolla (opciones: Del Carajo, De Rompe y Raja, Poggi…), establecimientos encargados de difundir la música, bailes y gastronomía peruanas. Después habrá que pasarse por el Boulevard Sánchez Carrión, repleto de pubs y gente con ganas de divertirse. También puede optar por uno de los pubs de moda, Ayahuasca, una gran casona con decoración encantadoramentekitsch. Gente guapa y mucho pisco sour. Más de uno seguro que acaba practicando el deporte favorito de Barranco frente al mar.
Datos útiles:
- Lima tiene más de 8 millones de habitantes.
- El clima es subtropical, con ausencia de lluvias y una altísima humedad. Ni excesivo calor tropical en verano (de diciembre a abril) ni fríos extremos en invierno (de junio a septiembre).
- La moneda es el Nuevo Sol.
- Iberia ofrece vuelos a Lima. Los mejores precios siempre en ww.iberia.com
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Foto | geezaweezer
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