¿Apasionado por la vida marina?


¿Sabe dónde puede avistar delfines de varios tipos (nariz de botella, manchados y giradores) al lado de ballenas jorobadas y calderones que salen a la superficie mientras resguardan a sus crías?

El Pacífico costarricense le facilita esta experiencia. Dependiendo del día encontrará delfines cerca de la costa; mientras que en otras jornadas se podrán ver grupos de más de 1000 especímenes mar adentro. La gran cantidad de cardúmenes de atún permiten esto.

También podrá contemplar ballenas jorobadas, que migran desde 2 hemisferios distintos: Norte y Suramérica. Una vez en Tiquicia, se aparean y tienen a sus crías. En total el recorrido se extiende entre 3.000 y 5.000 kilómetros, dos veces al año. Es uno de los animales que viajan más distancia a la hora de migrar. Lo más extraordinario de todo es que casi no descansan durante todo el trayecto y tampoco comen durante el viaje.

En el hemisferio norte las ballenas jorobadas pasan los veranos del norte de la costa de Alaska y la Columbia Británica, donde se alimentan constantemente de krill y peces pequeños en las ricas aguas del Ártico. Los especímenes provenientes del hemisferio sur hacen lo propio durante el verano austral en territorio Antártico. Las ballenas comen hasta una tonelada de alimento por día, con tal de crear una capa gruesa de grasa que les sirva para su enorme periplo.

El mapa migratorio muestra que especies de ambos hemisferios del globo convergen en nuestro país. Conforme avanza el invierno y los mares se convierten en hielo, las ballenas inician su larga migración hacia aguas más cálidas. Las ballenas del norte bajan hasta Méjico, Hawái y América Central. Mientras que las islas hawaianas son propias de especies de mayor tamaño, el territorio americano ofrece condiciones óptimas para diversos tipos de animales marinos. Por su parte, las jorobadas del Antártico vienen cuando las aguas de la Gran Barrera de Coral de Australia alcanzan temperaturas bajas, de junio a noviembre.

Cuando las ballenas de ambos hemisferios se encuentran frente a los litorales costarricenses –sobre todo entre octubre y noviembre – es posible ver un evento marino único en su clase. Las ballenas entonarán sus «canciones» de cortejo con el fin de fundar una nueva familia.

Mire de lejos el espectáculo de estos gigantes y maravíllese con el comportamiento mostrado por ambas especies.

Aprecie cómo la sinfonía de los cetáceos hace retumbar el interior de las aguas del Pacífico. Las jorobadas son las únicas ballenas que pueden comunicarse mediante canciones largas y complejas. Cualquiera puede ser testigo de estas melodías con un hidrófono. Cada sujeto tiene tonadas particulares según sus habilidades específicas y su lugar de proveniencia. Por ello se cree que estas ballenas producen las canciones más largas y complejas del mundo animal, con secuencias reconocibles de chillidos, gruñidos y otros sonidos.

Un dato curioso es que producen una sinfonía nueva cada año pero que, sin embargo, contiene piezas de la del anterior. Podría decirse que ello responde a la necesidad de mejora en el cortejo. Asimismo, con el pasar del tiempo, la composición original cambia completamente hasta convertirse en una inédita. Los científicos tienen la hipótesis de que la música de estos cetáceos son diferentes a los de otras especies y puede ser oída a una distancia de hasta 1.600 kilómetros. Otra información interesante es que solo se ha registrado este comportamiento en machos y dentro de las cálidas aguas ticas.

Por su parte, las mamás y sus crías pasan los 4 meses siguientes en esta zona, a veces acompañados por un cetáceo masculino (que puede o no puede ser el padre). Durante este lapso, las madres les enseñan a los recién nacidos cómo saltar fuera del agua con todo el cuerpo y a nadar en todo tipo de clima. La relación entre las hembras y sus retoños se extiende por alrededor de un año, cuando los pequeños alcanzan una longitud de entre los 8 y los 10 metros.

Usted puede presenciar este espectáculo al tiempo que pasa una temporada vacacional inolvidable en el Hotel Vista Las Islas. Disfrutará de las maravillas de la naturaleza al tiempo que complacerá sus exigencias más altas con un hospedaje de gran calidad. Aproveche esta oportunidad mientras descubre los tesoros más especiales de la Madre Tierra.

Por Andrés Figueroa.

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